En el sector creen que la advertencia de cerrar las exportaciones que hizo la secretaria de Comercio, Paula Español, fue un endurecimiento en la negociación para cerrar un nuevo acuerdo por precios con los frigoríficos.
“Estamos muy preocupados, el daño ya está hecho”. En esa frase simple, pero cargada de significación, coincidieron integrantes de la Mesa de las Carnes, la agrupación donde confluyen desde productores, industriales hasta sindicatos del sector, que ayer buscaron reconstruir, con llamados a funcionarios y cruzándose mensajes, qué había detrás de las palabras de la secretaria de Comercio, Paula Español, cuando el viernes pasado amenazó con cerrar las exportaciones de carne.
Sucede que en el negocio cárnico se percibe que hay un trasfondo donde se cruzan las internas en el oficialismo, la necesidad de mostrar una inflación a la baja y hasta una suerte de presión para renovar un acuerdo por la carne que vence el próximo jueves.
La Mesa de las Carnes tuvo un alto protagonismo en el gobierno de Mauricio Macri como soporte para la apertura de mercados, el combate a la informalidad local, entre otros temas. Ahora también está manteniendo contactos con el Gobierno para trabajar temas que interesan al sector desde lo comercial a lo productivo, pero el escenario donde la carne está bajo fuego obliga a movimientos más de defensa de la actividad.
Algunos que recibieron mensajes de las máximas autoridades del Ministerio de Agricultura de la Nación se quedaron en cierto modo tranquilos. “No hay nada”, fue uno de los mensajes transmitidos, acompañados de una “coincidencia” con el sector privado de que no se trata de una buena señal hacia el sector amenazar con un cierre de exportaciones.
Que no es una buena señal en un momento donde se están tomando decisiones a campo lo contó el fin de semana Julián Tenaglia, productor ganadero en la zona de Máximo Paz (Santa Fe) en su cuenta de Twitter. “Los dichos de @pauespanol llegan justo en el momento q el productor decide sembrar un verdeo de invierno para ponerle 80/100kg más a un ternero q pesó al destete 200k. Hará este esfuerzo (a largo plazo con inmovilización d capital) si cree q las export no se discuten”, dijo en un tuit. Luego agregó: “De lo contrario ese ternero va a encierre p consumo con 100 kg menos. El país pierde de sumar a pasto 100 kg de oferta x cabeza (q no va a ir todo a expo). Desaparece el recriador y se pierde demanda e incentivo a la cría y es como entra a caer el stock y a subir el precio”.
Otros se aferraron a las declaraciones del lunes de la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, que al ser consultada en FM Urbana Play descartó un cierre de exportaciones. “No estamos en ese punto”, dijo, diferenciándose de Español. Luego añadió: “Lo que sí nosotros hemos dicho claramente es que tiene que estar normalmente abastecido el mercado interno y a precios razonables”. En esto último por los precios claramente hay una coincidencia con Español. La diferencia puede estar en los métodos para lograrlo.
Según la funcionaria, “no es justo que se exporte los productos, obviamente se exporta a precios internacionales, y todos los que vivimos en este país, que por supuesto ganamos en pesos y no en dólares, enfrentemos los alimentos en dólares y además nos quedemos sin oferta”.
Lo concreto es que en el sector hay “intranquilidad”, ya que así como reciben mensajes de que no se avanzará con un cierre de las exportaciones, también al interior del oficialismo escuchan voces en el sentido de una restricción. “Hay gente que nos dice que se está evaluando (el cierre de ventas al exterior)”, alertó una fuente del sector cárnico. Identifican esa movida con los sectores más duros del kirchnerismo, representados en este caso por las declaraciones que hizo Español.
“Puede ser un endurecimiento en la negociación”, apuntó otra fuente. Con esto se refiere, en realidad, a que el Gobierno está intentando prorrogar el acuerdo por la carne vacuna que vence el jueves. El convenio con la industria frigorífica, por precios un 30% reducidos a niveles de diciembre pasado para una decena de cortes, venció el 31 de marzo pasado y fue prorrogado quince días.
“Con la suba de precios, hay presión para que salga un nuevo acuerdo”, admitió un industrial del negocio cárnico. En la industria ya dijeron hace unas semanas que no estaban conformes con una renovación señalando que el negocio entró en una fase de tensión con las restricciones en Europa por el coronavirus, además de que China, si bien sigue llevándose 75% de la carne, ya no es lo que era en precios.
Cuidados quizá para no exacerbar más la situación, cerca de Matías Kulfas, el ministro de Desarrollo Productivo y el jefe formal de Español, ayer respondieron: “No tenemos nada para aportar a lo que dijo Paula”.
Fernando Bertello
La Nación