La producción agropecuaria orgánica “se multiplicó 750 veces” en los últimos 25 años

23/06/2022 – La producción agropecuaria orgánica “se multiplicó 750 veces” en los últimos 25 años “pasando de 5.500 a casi 4,3 millones de hectáreas, mientras que “la cantidad de establecimientos creció más de 300%”, según un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba).

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Según consigna la agencia Télam, la explotación ganadera explica “el 95% del área bajo la modalidad y la lana es su emblema”, con la exportación como principal destino, según publicó el sitio web de divulgación “Sobre la Tierra”. “La producción orgánica es una modalidad de producción diferente a la que llamamos convencional o agroindustria, que se la conoce más por la prohibición de uso de agroquímicos, pero tiene principios mucho más amplios como preservar la biodiversidad y contemplar la salud humana y el bienestar animal”, comentó Silvia de Bargas, docente de Producciones Animales Alternativas en la Fauba.

“En la actualidad, se transformó en un atributo diferencial de calidad que se respalda en la certificación de los productos, y es cada vez más importante en el mundo”, agregó.

De Bargas estudió cómo evolucionó la producción orgánica en el país desde 1995 hasta la actualidad.

“Hoy, nuestro país cuenta con 1.343 establecimientos bajo seguimiento para la certificación orgánica, que ocupan aproximadamente 4,3 millones de hectáreas -casi dos veces la superficie de la provincia de Tucumán-. Ocupamos el segundo lugar en el ranking de los países con mayor superficie con producción orgánica, y tenemos algunas características particulares”, dijo.

El estudio reveló además que 95 de cada 100 hectáreas bajo esta modalidad están destinadas a la ganadería, que se concentran sobre todo en la región patagónica y la principal actividad es la producción de lana para exportación.

“Entre 1999 y 2000 se incorporaron 2,9 millones de hectáreas, y 1 millón pertenecía a un solo empresario textil. En menor medida producimos miel, carne bovina y huevos de gallina”, dijo.

Un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA analizó la evolución de la actividad en nuestro país desde la década del ‘90 hasta el presente, y halló que la superficie aumentó de 5,5 mil a casi 4,3 millones de hectáreas, y que la cantidad de establecimientos subió de 322 a 1343. Además, el estudio sostiene que los productores orgánicos argentinos anteponen sus principios a lo económico, y que su mayor problema es convivir con la producción convencional.

“En cuanto a lo agrícola, nos destacamos como exportadores de peras y manzanas, y sus procesados, y también de cereales, oleaginosas y cultivos industriales”, agregó.

Como parte de su estudio, de Bargas entrevistó a más de 60 productoras y productores orgánicos y analizó qué motivaciones tuvieron para ingresar a la actividad.

“Encontré que el motor principal para adoptar esta modalidad de producción es una cuestión de principios relativos, sobre todo, al cuidado del ambiente, a la salud de los consumidores y a la calidad de los productos. Recién en segundo lugar, el aspecto económico”, dijo.

Es que a pesar de que “los productos orgánicos son más caros, producir de esta manera no implica una mayor rentabilidad” dado que “la producción orgánica incluye una mirada del mundo que rechaza los paquetes tecnológicos basados en insumos de síntesis química y organismos modificados genéticamente, entre otros”.

“Muchas personas creen que es antigua o atrasada, pero no es así. Las tecnologías no son buenas ni malas en sí mismas, pero tampoco son neutras. Incorporan los valores de quienes las crean y de quienes las adoptan”, dijo.

Silvia de Bargas afirmó que la actividad se enfrenta con varios problemas, y que uno de los principales es la convivencia con la producción convencional.

“Imaginate un predio orgánico dentro de una zona donde se aplican agroquímicos de forma constante. La contaminación llega por suelo, agua y aire. En la Argentina, quienes producen orgánico se las tienen que arreglar como puedan y defender sus campos con barreras físicas o alejándose de las aplicaciones. Esto limita la superficie disponible para orgánicos, y no hay ley que los proteja”, dijo.

“Otra cuestión es que faltan políticas públicas para apoyar al sector. Incluso, cuando existen, no están muy bien dirigidas. Hoy, quienes promueven la producción orgánica son los consumidores que la demandan por cuestiones de salud y de cuidados del ambiente”, agregó.

Por otra parte, no existe un mercado interno por lo cual “ante condiciones desfavorables para exportar, el negocio se perjudica notablemente”, dado que “el productor tiene que vender sus productos al mismo precio que los convencionales, aun cuando sus costos son distintos.

“Los orgánicos requieren más mano de obra. Los productos convencionales no incorporan los costos ambientales, en términos de contaminación y pérdida de recursos naturales. Éstos los paga toda la sociedad. Si bien el precio de los orgánicos es mayor, no lo definen los productores. Como en muchas cadenas de comercialización, los intermediarios tienen un peso fuerte”, planteó.

La Voz del Interior

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Pérdidas del 70% en el cinturón frutihortícola santafesino por la sequía

21/01/2022 – Al combo, se suman las bajantes de los ríos Paraná y Salado, y los cortes de energía eléctrica que impidieron los riegos. La faltante de mercadería se compensa con verduras de otras zonas, con incrementos del 100% o 200% en el precio.

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Las altas temperaturas de las últimas semanas afectaron fuertemente a la producción furtihortícola de Santa Fe. La Sociedad de Quinteros de Santa Fe estimó que las pérdidas del cordón por la sequía oscilan el 70%.

Al combo, se suman las bajantes de los ríos Paraná y Salado, “que provoca que las vertientes estén tan bajas que algunos productores no puedan regar su producción“, señalaron desde la entidad. Además de los reiterados cortes de energía eléctrica que ocasionaron mayores pérdidas también por la imposibilidad de riego. Las producciones más afectadas fueron las más pequeñas, “la perdieron en su totalidad”, advirtieron los quinteros santafesinos.

El cordón frutihortícola de la ciudad de Santa Fe, se ubica al norte de la capital provincial, entre la laguna Setúbal y la ruta Nacional Nº 11 y se extiende hacia el norte aproximadamente hasta el km 21. Comprende parte de los distritos de Monte Vera, Arroyo Aguiar, Recreo y Santa Fe, del departamento La Capital.

Actualmente la zona cuenta con aproximadamente 1.500 hectáreas de producción y alrededor de 300 pequeños productores, que poseen quintas de 3, 5 y 10 hectáreas. El sector provee de mercadería desde Santa Fe hacia el norte, llegando a Reconquista, Avellaneda y parte de Córdoba y Entre Ríos.

La gran mayoría de los productores son pequeños, con escaso acceso a tecnología como media sombra, invernaderos, micro y/o macro túneles por los altos costos que significan. “Todos los insumos para la producción están dolarizados pero dicho costo no puede trasladarse al precio de venta, por lo que el productor generalmente obtiene una muy baja rentabilidad o nula cuando debe atravesar las inclemencias climáticas como la de estos momentos”, señaló el comunicado.

Las consecuencias de la pérdida de producción no solo afectan a los productores, por la falta de ingresos, sino que en definitiva quien debe soportarlas es el consumidor: “En estos momentos, la faltante de mercadería es compensada por el Mercado local que trae verduras de otras zonas de producción como Mendoza y Mar del Plata, lo que conlleva incrementos del 100% o 200% en el precio“.

Agroclave

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La Verdad Del Tomate

29/09/2021 – El tomate es uno de los alimentos más consumidos en nuestro país, por su diversidad y versatilidad. Hay muchos tipos de tomate y pueden producirse en distintas zonas climáticas gracias a las tecnologías disponibles. Esto permite que tengamos tomate durante todo el año. De acuerdo con la zona de producción, varían en tipo, sabor y hasta colores. Pero la diversidad de características ha generado dudas y preocupaciones respecto a su calidad. Por eso, quiero contar La Verdad del Tomate.

Escuchamos muchas veces que la aplicación de fitosanitarios modifica el sabor y consistencia del tomate, pero esto no es cierto. Hace años como Ing. agrónoma aprendí que el sabor depende de 5 factores: El principal es el tiempo de maduración en la planta. Es decir, cuanto más madura el tomate en la planta, más azúcares y sabor concentra. Luego le siguen la variedad o híbrido y la cantidad de exposición al sol, por ejemplo, un tomate producido en invernadero y uno producido a campo, son distintos entre sí. Los últimos dos elementos que determinan el sabor son: la fertilidad del suelo y una buena polinización del cultivo.

En lo que respecta a la consistencia interior, para que el tomate sea carnoso, tiene que estar bien polinizado. Además, cuanto mejor fertilización y riego, más carnoso será. Esto también puede cambiar según el tipo tomate.

Hay más de una forma de producir el tomate. Entre ellas se encuentran: la convencional, la orgánica y la agroecológica. Cada una de ellas tiene distintas características, pero son todas complementarias. En todas se usan productos fitosanitarios, que son sustancias que protegen a los tomates de enfermedades y plagas, permiten producirlos a gran escala. La producción comercial del tomate puede ser a campo o en invernadero; y es prácticamente inviable sin fitosanitarios ni fertilizantes. Solo es posible a escala pequeña, a nivel familiar, porque no alcanza los rendimientos potenciales del cultivo.

La sanidad y seguridad de los alimentos se determina por las prácticas con las que se trabaja y no por el tipo de producción utilizado.

Esta es la verdad del tomate. La que viví en la huerta de mis padres, la que aprendí como estudiante e Ingeniera Agrónoma, y la que me apasionó tanto que hoy también la comparto en mis horas como docente en horticultura en la Universidad Nacional del Nordeste. Y ahora la transmito a todos ustedes para que comprendamos más sobre este alimento tan noble y cambiemos mitos por conocimiento.

Elegí el tomate que más te guste, pero que siempre sea con buenas prácticas agrícolas. Producir responsablemente genera alimentos sanos y ricos.

Conocé más ingresando a https://www.casafe.org/laverdaddeltomate/

Mariela Pletsch
Coordinadora región NEA en Casafe
Profesora adjunta Cátedra Horticultura en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE

CASAFE
Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes

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