04/04/2022 – En un contexto signado por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania se inicia el nuevo ciclo agrícola local, con precios altos para el cereal, pero con costos también más elevados.

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“Antes de la guerra, el mercado del trigo ya venía mostrando tirantez por dificultades climáticas en Europa y en los países de la exURSS; luego, la falta de humedad se fue atenuando, pero se vio que el 70% de los cultivos de invierno en EE.UU. enfrentaba distintos grados de afectación por sequía, lo que mantenía sostenidos los precios internacionales del trigo”, afirma Carlos Pouiller, analista de mercados de AZ-Group.

Posteriormente sobrevino la guerra, con un rol definitorio en el mercado, porque Rusia y Ucrania conservaban un volumen remanente importante de la campaña 2021/2022, que tenía como destino la exportación. Esos embarques se han interrumpido y las ventas de la región caerían en siete millones de toneladas según el Departamento de Agricultura de EE.UU. El fenómeno sería consecuencia de la no circulación de los barcos por la zona del Mar Negro y del Mar de Azov, por el bloqueo a las exportaciones rusas y por la destrucción de la infraestructura de Ucrania.

Todo lo descripto es lo que sostiene los precios del trigo, más allá de que hubo algunas correcciones a la baja en los últimos días, después de las subas explosivas de principios de marzo.

Asegurar precios

En el plano local, la siembra de trigo 2022/2023 tiene como elemento positivo la mejora de la situación hídrica de los suelos y los buenos precios que se ofrecen para enero de 2023, que resultan muy altos comparados con el promedio histórico. Como contrapartida aparece el encarecimiento de los insumos, sobre todo de los fertilizantes, de los arrendamientos, las labores y de los fletes.

Cuando se llevan esos parámetros a un cálculo de margen neto en campo alquilado, el trigo como único cultivo no promete resultados satisfactorios. Según Pouiller, exige un rinde de indiferencia de 49 quintales por hectárea en Tres Arroyos y de 50 quintales en Tandil. Las cuentas cambian cuando se considera la rotación trigo/soja, que daría lugar a márgenes positivos si se alcanzan altos rindes de ambos cultivos.

En función del escenario descripto, Pouiller estima que, si no hay un problema climático serio hasta la siembra, podría proyectarse un área implantada similar a la del ciclo anterior. También aconseja aprovechar los muy buenos precios que se pueden captar avanzando con coberturas de futuros y opciones, aunque calculando detalladamente los números que arroja el cultivo en cada empresa.Carlos Marin Moreno
La Nación