12/01/2022 – Con una faena total de 12.966.551 cabezas, el año pasado hubo una merma de casi un 7,4% con respecto al periodo anterior debido al fuerte impacto que generó la decisión de intervenir en el mercado.
La reciente publicación de los datos de faena de diciembre pasado por parte de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (Dncca), perteneciente al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, mostró que se desagregaron unas 1.133.384 cabezas, con un promedio de 229,35 kg/res y que completó una oferta total de 259,954 Tn.
Asimismo, la mencionada dirección publicó el resumen de la oferta total de carne producida durante todo el 2021, que con un total de 12.966.551 cabezas, totalizó 2.977.301 toneladas de carne bovina, equivalente res con hueso, un promedio de 229,61 kilos res.
Cuando se compara la oferta total de 2021 con el del año inmediato anterior se encuentran las siguientes diferencias: casi 7,4% de cabezas a faena menos, debido al fuerte impacto que generó la decisión de intervenir las exportaciones y que motivó un cese de comercialización durante el mes de mayo por parte de las entidades agropecuarias, así como también un cambio significativo en los modelos de producción y oferta de ganado para faena. El crecimiento del peso medio de faena de 3,21kg/ por el total de cabezas redujo la diferencia en la oferta de carne al 6,1% menos que lo generado durante el 2020.
Por otra parte, la faena de hembras resultó un 10% inferior con respecto al volumen registrado en el 2020, reduciendo su participación del 46,1% del 2020 al 44,7% del año pasado, sobre el total de cabezas faenadas.
Destino de la oferta: exportación y consumo interno
Si bien aún no se conocen los datos de exportación del mes de diciembre, si se proyectara un promedio de lo ocurrido en los 11 primeros meses del año, la asignación de carne por destino del 2021 comparada con lo ocurrido en el 2020 sería, que probablemente las estadísticas muestren una exportación de carne vacuna superior a las 800 mil toneladas, equivalentes res con hueso, pero, para poder estimar cabalmente el consumo interno, no debe tomarse las exportaciones de huesos, subproducto de la despostada, sino su efecto se duplicaría ya que en la exportación de cortes ya se toma la proporción natural de huesos al multiplicarlos por un coeficiente que permite llevar dicha exportación a un peso equivalente res con hueso.
Al analizar la performance del 2021, se observa que el total enviado al mercado interno permitió una oferta por habitante prácticamente similar a la del año 2020. Por el contrario, cuando se analizan la proyección de exportaciones de este año con las realizadas el año anterior, ahí aparece en toda su dimensión el impacto del cepo a las exportaciones, en las que en la comparación se verificaría una caída del 21,6% en las exportaciones de cortes (no se incluye el hueso), que lleva además la participación de exportaciones sobre la oferta total del 28,3% en el 2020 al 23,6% en el 2021.
El impacto de la caída de exportaciones puede analizarse desde distintos ángulos, dado que existen experiencias concretas vividas a lo largo de casi 10 años (2006-2015), que mostraron resultados lamentables en todos y cada uno de los eslabones de la cadena con la pérdida de más de 10 millones de cabezas y el posterior efecto de suba real de los precios al consumidor. A la fecha aun no se ha podido recuperar buena parte del stock perdido y la continuas intervenciones nocivas solo generará más perjuicios a todos, incluyendo al consumidor.
La descabellada idea de pensar que con intervenciones, cupos, cuota o, peor aún, con mecanismos de fideicomisos o compensaciones arbitrarias, administrado por un Estado que ya ha probado su incapacidad de administrarlos sin corrupción o discriminación, resulta pueril sino dramático para uno de los pocos sectores que mostró resiliencia, dentro de una economía atravesada por la desigualdad, el desmanejo, a la que se sumaron los efectos de una pandemia que sigue afectando la vida de los argentinos.
Víctor Tonelli
Consultor
La Nación