12/05/2022 – Se podrán comercializar las variedades desarrolladas por Bioceres; para los exportadores, la medida representa un “riesgo comercial absoluto”.
El Gobierno aprobó la comercialización para la siembra de las variedades del trigo tolerante a sequía desarrollado por la firma Bioceres.
La decisión se conoció mediante la resolución 27 de la Secretaría de Alimentos, Bieconomía y Desarrollo Regional del Ministerio de Agricultura de la Nación. En octubre de 2020, Agricultura había realizado una aprobación condicional del material transgénico HB4 a la espera de que lo autorizara Brasil, el mayor comprador individual del grano de trigo argentino. El año pasado, Brasil dio permiso para la importación como harina indicando que no había riesgos.
En los considerandos de la resolución, el Gobierno hace alusión a su aprobación en Brasil. Además, se refiere a que China también hizo una autorización del evento HB4, pero en ese caso para soja hace dos semanas.
La tecnología del cereal permite que su producción se pueda llevar adelante en mejores condiciones cuando ocurren situaciones de estrés hídrico que afectan a los cultivos. El descubrimiento inicial lo hizo la doctora Raquel Chan, investigadora del Conicet y la Universidad del Litoral, a partir de un gen presente en el cultivo de girasol.
Conocida la noticia, fuentes de Bioceres indicaron que estaban “analizando el escenario” y precisaron que este año la firma va a seguir produciendo trigo bajo su sistema de identidad preservada Generación HB4. Se trata de un programa donde la empresa tiene todo el manejo de ese producto en un esquema en vinculación con productores que lo hacen para la firma. En los últimos años, la empresa realizó miles de hectáreas, autorizadas por el Gobierno, cuya producción no llegó al mercado.
En tanto, hubo quejas desde la exportación. “Estamos sorprendidos por la decisión de liberar el trigo transgénico, ningún país del mundo lo tiene aprobado para grano. Esto crea un riesgo comercial absoluto”, señaló a LA NACION Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC).
En Twitter, Ciara amplió: “Esta norma provoca un enorme riesgo comercial dado que todos los países que nos compran no aceptan hb4. Y responsabilizó a las autoridades nacionales y a la empresa desarrolladora por eventuales problemas para el país: “Las consecuencias económicas de eventuales pérdidas de mercado recaerán sobre el Ministerio y la empresa desarrolladora”.
El temor de los exportadores es que se produzca algún rechazo en los mercados adonde llega el cereal argentino. Los exportadores venían solicitando a los productores una declaración donde tenían que expresar que no tenían material transgénico en la producción que entregan. También los molinos buscan que no sea material transgénico.
La semana pasada, Australia, el quinto productor de trigo del mundo, anunció la aprobación para la venta y el uso de alimentos derivados del cereal transgénico tolerante a sequía. Como se mencionó, además de Brasil, también consiguió un permiso de Colombia.
En lo que va del año, según un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) el trigo aportó a la Argentina US$3400 millones por exportaciones. Ayer, esta entidad estimó que, por la falta de agua, mayores costos y una perspectiva de mayor siembra con cebada, la superficie nacional con trigo bajaría 500.000 hectáreas, a 6,35 millones de hectáreas.
Fernando Bertello
La Nación