02/08/2021 – Para lograr una mayor sustentabilidad, especialmente en regiones con algunas limitaciones de clima y suelo o con forrajes de baja calidad, se debe dar previsibilidad al sistema ganadero y diseñar un sistema productivo de recría a campo con suplementación y luego una terminación a corral.
En la Argentina, la mayoría de los sistemas de cría y engorde pastoril están instalados en regiones donde existen grandes limitantes de clima y suelo. Debido a ello, se ven afectados fuertemente el resultado productivo y económico, haciendo que estos sistemas productivos sean muy poco rentables por la falta de previsibilidad y no poder estimar un “flujo de fondo o de caja” a lo largo del año o del ciclo productivo.
Para lograr una mayor sustentabilidad, especialmente en regiones con algunas limitaciones de clima y suelo o con forrajes de baja calidad, se deben cumplir dos grandes objetivos:
1. Dar previsibilidad al sistema ganadero, definiendo categoría, número y peso final de los animales que se venderán. Además, estimar la fecha de venta, monto de ingreso y los principales costos directos e indirectos con varios meses de anticipación (8-10 meses) y definir un programa de ventas estratégicas que permita generar un flujo de caja (financiero) adecuado a las expectativas de la empresa.
2. Diseñar un sistema productivo compuesto por dos etapas: 1°) recría a campo con suplementación estratégica y 2°)terminación a corral hasta 400-440 y 300-340 kg peso vivo (PV)/cabeza para novillos y vaquillonas, respectivamente (consumo interno) o 480-500 kg PV/cabeza para novillos (exportación).
Un caso especial
En la Chacra de Bellocq (Carlos Casares), perteneciente a la provincia, se instaló este proyecto con las siguientes características.
Recría (1°etapa)
Se utilizaron 20 terneros machos raza Angus con un peso promedio de 178,5 y 300 kg PV/ternero, al inicio y finalización de la recría, respectivamente. El ensayo duró 206 días (±7 meses), desde el 31 de marzo al 23 de octubre de 2017.
La superficie forrajera total utilizada fue de cuatro hectáreas y estuvo compuesta por 1,8 ha de campo natural predominante en la zona en suelos de clase I y II, 0.5 ha de verdeo de avena, 0.5 ha de raigrás anual y 1,2 ha de rye grass perenne, todos fertilizados con 80 kg urea/ha y fueron tratados químicamente con herbicidas (2.4D + Dicamba).
Resultados productivos y económicos de la recría
Se estableció como objetivo una ganancia diaria de peso de 0,5 kg/ternero/día. Cuando las ganancias fueron inferiores, debido a una sequía imperante que afectó el volumen y calidad de los forrajes frescos, se suplementó con una fuente rica en proteína. En este caso se suministró expeller (torta o extrusado) de soja a razón de 1 kg/cabeza/día, entre el 30/05 al 23/10/17 (140 días). En total se suministró 140 kg de expeller de soja/terneros.
La carga animal fue de cinco terneros/ha. La ganancia diaria de peso durante la recría fue de 0,590 kg/ternero/día (18% más que el objetivo), lo que produjo 607,5 kg carne/ha. La producción de carne durante toda la etapa de recría (206 días) fue de 2430 kg.
Terminación a corral (2° etapa)
Finalizada la recría pastoril se prosiguió con la terminación a corral. Los animales entraron al corral el 23/10/17 y salieron gordos el 26/01/18, luego de 95 días de engorde.
Resultados productivos y económicos de la terminación a corral
La dieta estuvo compuesta por grano de maíz partido, núcleo mineral proteico (36% proteína bruta) en silos autoconsumo y rollos de moha como fuente de fibra. Todos los alimentos fueron suministrados a voluntad. El consumo promedio fue 8,8 kg/ternero/día, compuesto por 8 kg de concentrados (93% grano y 7% núcleo) y 0,8 kg rollos (10% dieta), respectivamente. La ganancia diaria de peso del corral fue 1,26 kg/cabeza/día y una eficiencia de conversión de 5,73 kg de alimento/kg de carne. El resultado económico fue de 0,41 USD/kg (recría pastoril) y 1,25 USD/kg (terminación a corral), arrojando un costo promedio (pastoril + corral) de 0,83 USD/kg producido.
Este trabajo experimental confirma, una vez más, que es posible mejorar significativamente los resultados productivos y económicos de los sistemas ganaderos, ya sea en zonas con dificultades de clima y suelo o con alta proporción de forrajes naturales o rastrojos de cosecha y muy bajos niveles de concentrados proteicos o sin ellos. En cada región se debe adaptar la carga animal y el empleo o no de concentrados, básicamente proteicos, a las características de ella y a la de los forrajes imperantes (naturales, rastrojos y/o cultivados).
Aníbal Fernández Mayer
Nutricionista de INTA Bordenave Cerbas. fernandez.anibal@inta.gob.ar
Eduardo Lacentre
Técnico de la Chacra Bellocq