22/06/2022 – En los primeros cinco meses de 2022 alcanzaron las 21.589 toneladas y el precio al mostrador sigue creciendo.

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Las compras al exterior de carne de cerdo fueron récord entre enero y mayo, llegando a 21.589 toneladas, casi el doble de 2021 cuando ascendieron a 11.866 toneladas. Hay que remontarse a 1999 para encontrar una cifra mayor. La situación bien podría inscribirse en el “festival de importaciones” que denunció ayer la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, en un acto frente a militantes de la CTA, motivo por el cual consideró que “el Gobierno debe pensar cómo articular adecuadamente” Banco Central, Ministerio de la Producción y AFIP, algo que, según dijo, “no estaría sucediendo”.

Esto, sumado a las escasas exportaciones, causa preocupación en el sector porcino que advierte sobre los perjuicios que está generando, no solo a los productores sino también a los consumidores nacionales. Y afirman que es un negocio hecho a medida de pocos importadores locales.

Cuesta entender cómo, en un contexto de escasez de divisas, en el primer cuatrimestre del año se gastaron US$ 15 millones cada mes para comprar carne de cerdo barata de Brasil haciendo que el precio al productor se mantenga estancado pero no así lo que paga el consumidor en el mostrador.

“Las importaciones afectan de forma directa a los productores de cerdos en Argentina y respetando el libre comercio, éste debe contemplar igualdad de condiciones para que la competencia sea justa, pero hoy eso no sucede”, reclamó el ingeniero zootecnista y consultor del mercado porcino, Juan Luis Uccelli. Además, “las importaciones de carne porcina congelada para su venta directa al público, atenta contra la defensa del consumidor, no aporta ninguna mejora en los precios finales y solo beneficia a un selecto grupo de importadores, que hacen un excelente negocio con el subsidio del Gobierno”, agregó el especialista.

Según el ingeniero, las principales importadoras de cerdo no son frigoríficos sino traders que compran la carne brasilera, la dejan en un depósito de frío durante quince días y luego la venden a carnicerías o supermercados sin industrializar ni aportar valor agregado ni generar empleo a nivel local.

“¿Alguien sabe a qué precio ingresan y a qué precio revenden estas empresas? ¿Qué diferencia están haciendo? ¿Pagan impuesto a las ganancias? Es lo más parecido a una mesa de dinero pero con carne de cerdo”, sostuvo.Las compras al exterior de carne de cerdo congelada se dispararon en 2022.

Las compras al exterior de carne de cerdo congelada se dispararon en 2022.

El ingreso de mercadería brasilera barata de los primeros meses del año provocó que muchos frigoríficos locales dejen de comprarle a los productores argentinos y que los precios que les pagan se mantengan pisados. Sin embargo, esto no se tradujo en un descenso de los precios del cerdo al consumidor porque la evolución del mismo está ligada directamente a la de los precios de la carne de vaca.

La principal razón que impulsó las importaciones porcinas fue la caída del precio del cerdo a nivel internacional por la contracción de la demanda de China. “Una fuerte liquidación de criaderos chicos y medianos primero y la quiebra de una trader de capitales chinos y brasileros, les permitieron hacerse de carne de cerdo a precio muy bajo y la posibilidad de frenar nuevas compras, lo que provocó una caída estrepitosa en los valores del cerdo en los países exportadores”, explicó Uccelli. Aunque el problema de la peste porcina en el país asiático persiste, el consumo de carne de cerdo ha descendido allí. Por su parte, Brasil, el cuarto exportador mundial, fue uno de los más afectados, con precios que cayeron por debajo de su costo de producción, lo que lo obligó a buscar nuevos mercados para colocar sus excedentes a valores muy bajos en los países de la región.En los primeros cinco meses del año la salida de dólares por importaciones de carne de cerdo fue récord.

En los primeros cinco meses del año la salida de dólares por importaciones de carne de cerdo fue récord.

Asimismo, “el atraso en el tipo de cambio en Argentina y el encarecimiento de los bienes en dólares, no solo permitió la importación de cortes baratos provenientes de Brasil (con un dólar subsidiado por el propio Gobierno), sino que complicó las exportaciones desde Argentina, hasta valores nulos en varios meses del presente año”, detalló el ingeniero.

La producción y el consumo de carne de cerdo en Argentina crece desde el año 2002. “Lo que sucede desde los últimos 12 meses, atenta con volver a repetir lo del 2020: hoy sobra carne porcina en el mercado, por el aumento en la producción local, la falta de exportaciones y la enorme cantidad importada. Y el hilo se corta por lo más fácil, el productor porcino local, al cual le bajan el precio que recibe o le demoran las entregas a faena”, explicó el consultor.

Para Uccelli, uno de los “serios problemas” actuales es que la carne de cerdo congelada importada, se descongela y se vende como fresca. “Hay un supermercado de cercanía que lo provee un frigorífico importador que descongela los cortes, los corta en piezas más chicas, lo envasa al vacío y lo vende con un vencimiento de 30 días como Industria Argentina. Mucha de esta mercadería tiene mal olor y mal gusto”, denunció.

Hoy más del 50% de lo importado tiene como destino la carne para venta al público y un gran porcentaje de la misma es bondiola, pero hay solomillo, carre, cortes de jamón para milanesas y en algunos casos carne con hueso. 

“Se beneficiaron algunos eslabones entre la producción y el consumidor, en especial los importadores y perdió el productor que no solo subió muy lejos del producto que produce para el mercado, sino que sus costos, por los problemas de la guerra de Rusia y Ucrania, se descontrolaron”, aseguró el consultor.

Ante la situación de escasez de dólares en Argentina, Uccelli cuestionó: “¿Por qué es tan fácil traer carne de cerdo importada? Las solicitudes no demoran más de 48 hs y son casi exprés. Casi U$D 60 millones se fueron de las arcas del BCRA para traer carne de cerdo en cinco meses, sería interesante que la AFIP vea las cuentas a ver si las declaraciones de ganancias son correctas”, remarcó.

Kitty Vaquero
Clarín Rural