01/02/2022 – Los mercados de granos empezaron 2022 marcando nuevos máximos, tanto en maíz como el complejo soja superando inclusive los máximos del 2021.
Los invito a pensar/reflexionar desde la cima, o por lo menos en la subida (donde no podemos ver dónde está la cima), para no tener que salir desesperados a tomar decisiones durante la avalancha. No olviden que estos mercados cuando tienen subas explosivas, tienen en algún momento sacudones de igual magnitud en sentido contrario.
Respecto a nuestra realidad, si bien el “mercado” en general estaba alertado sobre que estábamos en un ciclo Niña, las excelentes lluvias que se vieron durante octubre, noviembre y comienzo de diciembre dieron una esperanza. Finalmente, los efectos de La Niña se hicieron sentir y así en Sudamérica en poco tiempo las estimaciones fueron quitando entre 15 y 20 millones de toneladas de soja, según qué estimación se tome.
Cuando vemos esas pérdidas productivas y pronósticos, no queda otra que preguntarnos si estamos cerca de sufrir el escenario productivo del 2018, donde en la Argentina pasamos de expectativas iniciales de 56 millones de toneladas y terminamos con una cosecha de 35 millones de toneladas, para el olvido.
Si bien aún queda mucho por recorrer, ya que febrero es fundamental en especial para las sojas de segunda que entrarán en definición de vaina, y luego para los maíces tardíos en la polinización, las lluvias caídas recientemente en muchas zonas permiten encarar algo mas tranquilos las próximas semanas. En otras zonas, por el contrario, esperan que haya días sin lluvias para ver si pueden recuperar zonas con excesos, y en otras siguen esperando desesperadamente las lluvias.
Pensando en Sudamérica como conjunto, lo que ocurra en los próximos meses con la zafriña en Brasil será totalmente definitorio por el volumen que puede llegar a ser de 60-80 millones de toneladas según el clima. Una variación de ese tonelaje es un factor de mercado a considerar.
Si bien no hay campaña “tranquila” para un productor agropecuario (especialmente argentino), esta se vino con todos los condimentos climáticos. En esta gran variabilidad de escenarios productivos, es muy difícil poder dar consejos, o recomendaciones generalizadas, ya que a pesar de tener precios pocas veces vistos en los últimos años, en muchos casos sería un riesgo adicional tomar posición en este momento. Pero en ese caso se hace mas imprescindible el uso de coberturas de precio flexibles.
Parece trillado, pero realmente son buenas alternativas, en especial para quien ya ha visto reducido su potencial productivo. Hoy se puede “asegurar”, de diversas maneras, un buen precio anticipándose a que pueda aparecer un “elemento inesperado” que haga que estos buenos precios se sacudan y así en su ecuación perdería no solo por rinde sino también por precio. Para quien ya tiene un buen piso de rinde/productivo, se aplica el mismo concepto, pero en ese caso se pueden utilizar mayor combinación de esas herramientas.
¿Por que hago referencia a la campaña 2017/2018? Porque en esa ocasión no solo sufrimos una caída terrible de la producción sino que a partir de mayo hubo un desplome de los precios. La soja disponible MatbaRofex fue subiendo durante nuestro verano desde los US$263 al comienzo de enero (valía 34% menos que actualmente) y tocó el máximo el 15 de mayo de 2018 con US$325. Hubo un rally “climático” de 23%. Desde ahí no paró de bajar; en un mes llegó a 275 dólares (-15%) y en septiembre tocó 238 (-90 dólares). Los precios no lograron superar los US$300 hasta octubre de 2020.
Algunas consideraciones importantes
Los precio actuales ya han tenido un rally desde diciembre de 19% para la soja mayo22. Los niveles actuales están 18% por encima del máximo de 2018. En 2018 tuvimos la “desgracia” que justo se juntó nuestro desastre productivo con la guerra comercial entre USA y China. En 2019, por si fuera poco lo anterior, se sumó la peste porcina. Y en 2020 el Covid19, pero como vimos ese mismo año sobre el final los precios comenzaron a reaccionar.
En tanto, en 2021 terminó el mundo con inflación récord. Este es el punto fundamental a seguir ahora, por las medidas que se tomen a nivel global para evitar que siga aumentando o para controlarla. La Reserva Federal ya anticipó que hará giro de 180 grados en su política, respecto a 2020/2021 y comenzará a quitar estímulos y medidas que ayudaron a esa inflación.
La gran pregunta es si esas medidas que ayudaron en cierta forma a que los precios en general hayan aumentado pueden generar lo contrario al ser eliminadas. Entonces ¿podemos pensar que va a ocurrir lo mismo, que a partir de mayo los precios caigan?
Podría ser aunque sea una hipótesis a considerar. Si miramos el gráfico de 20 años, en mayo de 2021 ocurrió lo mismo. Hubo un máximo de precio y a partir de ahí un desplome. Si bien 2021 dio revancha el mismo año, porque los precios están por encima de los máximos del 2021, tardó siete meses en dar la oportunidad.
El gran tema es que el productor no es especulador o no debería serlo. De todas maneras, antes de pensar si se repetirá el patrón de mayo, hoy la pregunta previa sería ¿hasta donde va a llegar el rally climático?
Tenemos algunos ejemplos del pasado reciente que podemos usarlos para anticiparnos y evitar que los sacudones nos agarren desprevenidos. Hay que recordar que el productor tiene un mínimo poder de controlar los precios que recibe por su producción. Cuando son buenos, de alguna manera, hay que asegurarlos/aprovecharlos.
La autora es asesora comercial
Paulina Lescano
La Nación