22/10/2021 – Se calculan pérdidas en exportaciones del complejo sojero por 100.000 millones de dólares en ese período ante la disminución de la cosecha, mientras que en Brasil y Estados Unidos aprovecharon la oportunidad y crecieron fuerte.
Comenzó la siembra de soja en la región pampeana pero las perspectivas para el cultivo no son las mejores y encendió las alarmas del sector y del Gobierno porque el complejo sojero es el principal sector exportador. Para este ciclo agrícola se prevé 16,5 millones de hectáreas, siendo la menor área en 15 años, y una producción de 44 millones de toneladas, la misma cantidad que el año previo.
Pero lo que genera mayor preocupación es lo que se perdió en los últimos 10 años. “Década Pérdida” fue cómo denominaron desde la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara)- Centro Exportador de Cereales (CEC).la a caída en la producción de la soja en Argentina, mientras que sus principales competidores, Brasil y Estados Unidos, crecieron fuertemente.
En el país ha ido cayendo el área sembrada como la producción. Tomando la campaña 2010/11, la superficie alcanzó las 18,5 millones de hectáreas y se cosecharon 49,2 millones de toneladas, según los datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
El récord de producción fue en la período 2014/15, con una cosecha de más de 60 millones de toneladas en 18 millones de hectáreas (100.000 hectáreas menos que el año previo que había sido histórica). Pero a partir de este ciclo la cosecha y la superficie comenzaron a descender hasta los 43,5 millones de toneladas en las 17,2 millones de hectáreas del ciclo 2020/21.
Así, comparando la campaña 2010/11 versus la campaña 2020/21 (la década pérdida) el área y la producción cayeron un 11%.
Mientras tanto, en la última década Brasil fue el país con mayor incremento en su producción de soja, con un 92% (69 millones de toneladas), pasando de 75 millones a 144 millones de toneladas. Mientras que en Estados Unidos hubo un aumento de 28 millones de toneladas, o sea, un 31% de aumento, aumentando de 91 millones a 119 millones de toneladas.
Para Luis Zubizarreta, presidente de la Cadena Argentina de la Soja (Acsoja), esta merma en la producción se debe a que la cadena ha sido discriminada. “Se le ha puesto un peso en la espalda intolerable y ese peso hizo que deje de crecer. Las señales nacionales e internacionales son de demanda estable y de buenos precios y otros países lo han aprovechado”, indicó haciendo referencia a la presión tributaria que tiene el cultivo (33% de retenciones).
En esta línea, remarcó que se necesita volver a crecer ya que el aumento de la producción va a neutralizar cualquier baja de la alícuota. Según ejemplificó, si se llegara a producir 70 millones de toneladas, el Estado recaudaría lo mismo en retenciones con una alícuota de 22% que con la cosecha actual y el 33% que alcanza al tributo.
No obstante, logrando esa cantidad, se generarían de 80.000 puestos de trabajo, 10.000 millones de dólares más de exportaciones y 2% más de PBI que significan 9.000 millones de dólares más
“El Estado es socio de la soja, es el que se lleva el pedazo más grande de la torta. Es grave que no haya reacción. Se está cayendo la cadena que más dólares aporta y más impuestos paga. Para el Estado es gravísimo, no se puede dar este lujo. El Estado debe tomar un rol fuerte para revertir esta situación”, destacó.
También coincidió Gustavo Idígoras, presidente de Ciara-Cec, quien atribuyó este declive de la soja a la alta carga tributaria. “Todos los gobiernos consideraron a la soja como una caja recaudadora que como un complejo agroexportador”, advirtió.
En segundo lugar, dijo que no hay una política clara para la introducción de nuevas tecnologías, como puede ser una nueva Ley de Semillas o un mayor control en el uso de la biotecnología “Se fue Bayer y lanzó tecnología en países como Brasil, Uruguay y Paraguay, que tienen sistemas confiables. Necesitamos tecnología para tener más rinde y calidad”, dijo.
El economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo, sumó que también tuvo que ver la competencia con el maíz. Según recordó, hasta 2015 maíz tenía 20% de derechos de exportaciones más un 8% de efecto en el precio por los ROE. Posteriormente pasó a tener 0% y luego, 12% contra los 33% la soja.
“Esto es determinante más allá del resto de los aspectos. Era lógico que cayera la superficie sembrada, se había dado un proceso de aumento de soja sobre maíz, producto de la baja rentabilidad del maíz”, indicó.
“Se puede crecer en soja y también en maíz. No son excluyentes, basta mirar lo que pasa en Brasil. Duplicó la producción de soja y además creció en maíz. Eso se llama tecnología y área. En Argentina va a suceder si hay un cambio de políticas por parte de este Gobierno y que se transformen en políticas de estado para adelante”, agregó Zubizarreta.
En este sentido, Argentina ha perdido oportunidades de mercado, que fueron aprovechados por ambos países, quienes pudieron abastecer el aumento de la demanda y comercio mundial de aceites y subproductos.
“El mercado chino de aceite de soja fue perdido, teníamos una posición dominante pero ahora fue ocupado por Brasil y Estados Unidos. Pero más allá de esta pérdida, son mercados que aceptan más volumen y ese volumen se lo está llevando estos países”, sostuvo Idígoras.
De todas maneras, pese a las trabas que tiene el complejo sojero para crecer, sigue siendo el principal generador de dólares de la Argentina. Según datos del Indec, analizados por Fada, en 2010 este sector, entre poroto, harina, aceite y biodiesel, había exportado 17.300 millones de dólares, representando el 25% del total embarcado por la Argentina.
En 2015 (cuando tocó el máximo de producción), logró divisas por 17.700 millones de dólares, el 31% del total. Y en 2020, exportó por 14.865 millones de dólares, el 27% del total.
Y en este primer semestre del 2021. representó el 33%, con 11.890 millones de dólares.
Idígoras aclaró que no hay estimaciones de cuántos divisas perdió la Argentina en exportaciones por esta menor producción de soja en la última década pero calculó que supera los 100.000 millones de dolares. “Es el objetivo de meta anual de exportaciones de toda la Argentina y lo perdimos en un solo complejo”, apuntó.
Molienda
La capacidad de uso real de molienda versus la capacidad instalado teórica en el país será la segunda a menor de la década en la agroindustria nacional, llegando al 56% versus el 62% del 2020-21 y el 53% como menor registró durante 2011-12 Desde Ciara-Cec remarcaron que la industria aceitera sigue procesando soja con márgenes negativos.
“Las condiciones precios y mercados han ido cambiando, con bajas en el precio de harina de soja y fuertes bajas en el aceite, con cierta mejora del precio del aceite en las últimas dos semanas. de septiembre”, precisaron.
En el mismo período Estados Unidos aumentó su molienda en 14 millones de toneladas, el 32%, de 45 a 59 millones de toneladas. y Brasil aumentó su molienda en 10 millones de toneladas, un 28%. De 37 millones a 48 millones de toneladas.
Esteban Fuentes
Clarín Rural