20/12/2021 – Productores y contratistas cuentan sus experiencias de éxito en la adopción de herramientas digitales en la agricultura y en la ganadería.
La transformación digital del agro, fue el título de la reunión que tuvo lugar en un hotel de Retiro en Buenos Aires a la que se pudo concurrir de manera presencial o seguir por la web y en la que participaron productores y de empresas tecnológicas (startups), quienes narraron algunas experiencias vividas al aplicar la tecnología digital en su actividad cotidiana.
“Se está llevando a cabo una transformación en el agro, que no solo incluye la utilización de nuevas herramientas tecnológicas digitales, sino también la adecuación de procesos con cambios de hábitos y una forma de pensar y de actuar más colaborativa, que tiene como centro de todo a las personas”, dijo Ignacio Eguren CEO en AgroPro y anfitrión del encuentro que contó con la conducción de la periodista Luciana López Hiriart.
Uno de los 6 paneles que conformaron la reunión denominado “Agro digital: ¿Qué es y qué nuevos desafíos trae? ¿Cómo y cuándo se ve el valor?”, contó con la participación de Lara Giuliani, Ingeniera Agrónoma y ganadera, quien respondió a la pregunta “¿la ganadería se puede digitalizar?”. Para responder, narró sus experiencias en el campo de la empresa familiar.
Entonces “empecé aplicando el análisis de sangre ante la muerte de un animal. Tacto, boqueo, y a partir de allí registré a los animales que no eran productivos”. Luego seguí con la comida”, e introdujo tecnologías como el alambrado eléctrico, “para hacer más eficiente el comer el pasto en la transformación en kg de carne”.
Fue para lograr 1 ternero por vaca por año, objetivo de todo productor. “Para ello coloqué caravanas electrónicas, balanza electrónica, y usé el bastón que toma la información de la caravana electrónica” detalla.
Luego subió toda la información de cada animal a la nube, “que tengo disponible en el celular todo el tiempo”, debido a que estoy cerca de un pueblo con buena conectividad e Internet.
“Y miro el número de la caravana y me fijo en el Drive quien era su madre –por su número– que estaba del otro lado del alambre con otro ternero, mamando. Sin la tecnología, ni la caravana ni el Drive, hubiera pensado que esa vaca no era la madre porque ella ya tenía su ternero. Pero era otro ternero que estaba robando la leche que no le correspondía“.
“Es decir, el ternero que estaba solo, había sido desplazado. Todo fue en segundos y lo cierto es que la tecnología permite ese manejo. “Y creo que es el único camino que implementamos los jóvenes, “porque nuestros padres no lo conocen y a la vez piensan que todo es muy caro. Pero en verdad se ahorra un montón de tiempo y en este caso, además, se pudo rescatar a un animal que quizás moría.“
Luego ante una pregunta referida al “cambio generacional” y que podía decir sobre ello, Lara narró experiencias que debió vivir. “Mi papá al principio me decía como vas a colocar tecnología en esto o aquello, no gastes plata que no sirve para nada”.
Luego del alambrado eléctrico, compró un brete y una manga de galvanizado con paneles ciegos para que la vaca no viera la vacunación (así no se estresa) , y eso es bienestar animal. Luego la casilla con “la que hicimos en 4 horas los tactos que nos llevaban un día y medio” además de ahorrar demoras y repeticiones de trabajos.
“Invertir en tecnología es totalmente rentable ya que además hemos pasado de 64% de preñez a 98% solamente implementando cosas básicas” de tecnología, alimentación, bien estar, manejo, capacitaciones al personal” explicó Lara.
En ese rumbo comenzaron a agregar tecnología a los equipos y reunieron sus primeros datos en el año 96 fue con el uso de un piloto automático, cosa que veían como una forma de maximizar la operatoria.
Hoy tienen un centro de operaciones que iniciaron hace dos años siendo el primero en el país, desarrollado, por un contratista productor. Allí todas las plataformas que usaban como Field View, “My operation” de John Deere y una plataforma financiera que utilizan en la empresa. “Reunir todos esos datos no ha sido sencillo” dice.
“Para ello, durante los primeros años uno de nosotros se dedicó a esa carga de datos y con el paso del tiempo hemos incorporado a gente que junta la información de las plataformas. Todos estos programas y plataformas son bastante autónomos y generan datos concretos“.
“Cuando se hace una siembra, si los sensores usados no son los correctos o no suben la información correcta, la calidad de dato que tengo no es la que necesito. Para ello estamos ajustando equipos de siembra de pulverización, de cosecha, de fertilización y estamos dedicándole tiempo tratando de que ese dato sea la información correcta. Como contratista, vemos que eso tiene un costo que no es sencillo volcarlo a la operatoria” dice.
“En el equipo aprendemos de los sistemas a medida que evolucionamos. Por ello es que generar de esa información datos concretos depende de capacitar a nuestra gente para que se involucre con la actividad lo más profesional posible. Nosotros trabajamos con nuestros clientes y las plataformas pensando que en algún momento vamos a capitalizar algún plus que haga que esto se haga más tentador todavía”.
“Somos la primera empresa agrícola argentina que certificó buenas prácticas en el 2015 junto a AAPRESID y a IRAM, y en el 2018 certificamos las buenas prácticas agrícolas en toda la actividad”.
Estamos tratando de que “no haya papeles en el sistema” y buscamos volcar la información a nuestros clientes. En esos dos años de pandemia todos nuestros clientes accedieron al monitor de una cosechadora, de una sembradora, de una pulverizadora en tiempo real desde su casa.
Tienen la conectividad activa desde hace bastante tiempo y cuentan con 5 equipos de siembra, 3 de cosecha, equipos de pulverización, de fertilización y todo” absolutamente digitalizado”.
“Creemos que todo ayuda mucho a nuestros clientes a generar prescripciones de siembra con datos concretos. Ahora hemos puesto en las balanzas de las tolvas, un sistema que cada vez que tramitamos una carta de porte desde la oficina podemos ver cuántos kg tiene el camión con determinada patente y su destino. Es decir, tratamos de darle trazabilidad a toda la operatoria nuestra”.
“Otro punto es la importancia de estos datos lo vemos en la aplicación de fitosanitarios, y algo difícil de lograr todavía y que sería de impacto, es que pudiéramos subir esto a una plataforma y que los datos estuvieran a la vista de todos. Sería una manera de mostrar a la sociedad que los productores y los contratistas producimos de manera segura, usando los fitosanitarios que corresponden.
Juan B. Raggio
Clarín Rural