Tanto la calidad del monitoreo y de las aplicaciones, junto a los refugios, la genética y la oferta de productos eficaces son los protagonistas del éxito que se refleja en los rindes a cosecha.
Esta semana en la Agenda Aapresid, el espacio organizado por la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa, fue dedicado a los cultivos de maíz y sorgo, en aspectos que hacen a los principales insectos y enfermedades que los atacan.
En la oportunidad la Investigadora de INTA-IPAVE María de la Paz Giménez Pecci, fue la primera disertante quien explicó que en la zona núcleo, las principales enfermedades en el maíz pueden dividirse en 3 grupos: el primero es de enfermedades foliares, como roya, tizón que son las que más atención demandarán. Y cercospora, que será más difícil que llegue a la zona núcleo, pero es necesario monitorear en siembras tardías.
El segundo grupo, son las podredumbres de pie, podredumbre de la base producidas por Fusarium, Aspergillus y Penicillium y podredumbres de la espiga “que las tendremos más adelante pero que las debemos pensar desde ahora” dijo la experta.
Y un tercer grupo que son las novedades, que están apareciendo en los cultivos que ahora están más avanzados y que son Sphacelotheca sorghi, Srosporium sorghi, o Sasferoteca reliana que ocasiona el carbón de la panoja que algunos llaman carbón de la espiga, pero es igual que el carbón común, produce agallas que desaparecen muy rápido y entonces vemos solo la nube de teliosporas que se distribuyen por todo el lote y sobre todo en el momento de la cosecha.
La diferencia de esta enfermedad con el carbón común es que perdemos toda la espiga porque es sistémica, parecida en el diagnóstico al mildiw, “cabeza loca”. Que produce deformaciones y plantas más chicas, y que no le damos mucha importancia hasta que vemos las espigas transformadas en una masa de esporas negras.
Los otros nuevos son los virus, los molicutes, y los potyvirus trasmitidos por pulgones desde el sorgo (como el pulgón amarillo) y desde el maíz, que se ven bastante en estos días, y que además son muy vistosos.
Monitoreo sistemático
En lo que hace al monitoreo de estas enfermedades, en realidad lo hacemos de forma sistemática para insectos y para malezas, y cuando las plantas están en V6 a V8, empezamos a mirar que pasa con las hojas, y los primeros en aparecer serán las roya y los tizones, y es cuando comenzamos a monitorear para confeccionar la curva de progreso de la enfermedad.
Importancia de las enfermedades
Para tener una idea de la importancia de estas enfermedades, señaló Pecci, tengamos en cuenta que la roya crece sobre tejido vivo, y puede ser que veamos unas pocas pústulas que nos induzcan a pensar en un daño menor con poca reducción de área fotosintética. Pero ocurre que a roya no produce el daño por reducción de área fotosintética, sino porque come los nutrientes que la planta prepara para a carga de grano.
En cambio, el tizón que se alimenta de material muerto, entra a la hoja y se queda allí un tiempo y comienza a hacer la mancha que vemos en el campo que es lo que va a afectar el rinde. “Es decir no hace más daño que aquel que estamos viendo”, sentenció.
Los virus, nos golpean en el rinde, y se trata de la podredumbre de la base, del tallo, de la raíz, y luego se produce el vuelco y el quebrado de la planta, que no podremos levantar con la cosechadora, sobre todo en los maíces de alto rinde.
Y la podredumbre de espiga, nos produce las toxinas de los Fusarium, Aspergillus y Penicillium que generan a su vez las aflatoxinas y otras toxinas que disminuyen el valor de los granos como alimento para los animales y para los humanos.
Buen año para los insectos
Por su parte Fabiana Malacarne, de ASA en su disertación anticipó que este es un “buen año” para los insectos debido a la falta de agua y se refirió a los recursos para el control del barrenador del tallo como las proteínas presentes en el mercado que son efectivas como Cry 1AB además de VIP.
Y señaló que esa proteína esta en la mayoría de los eventos comerciales y que la presión de selección es muy grande, “y si no implementamos buenas prácticas para el cuidado de la tecnología en dos tres años vip mostrará daños”.
Desde la industria recomiendan para ese cuidado la siembra de refugios con su manejo correcto y el monitoreo. “Estamos en un 48% de adopción de refugio en el maíz, cuando hace dos o tres campañas se sembraba un 22%, pero no es suficiente “ya que no tenemos proteínas de reemplazo en el corto plazo”.
La recomendación es sembrar el 10% de refugio en bloque, y es fundamental para cogollero monitorear Bt y el refugio por separado, y se hay necesidad de hacer control químico para cogollero en refugio, hacer dos aplicaciones como máximo, hasta V8, luego dejarlo como fuente de insectos susceptibles para que cumpla la función de refugio. Se aplica un insecticida químico cuando se encuentra el 20% de las plantas con raspado en las hojas, (grado 3 en la escala de Davis).
Sembrar refugios tiene un costo de 6 U$S/ha de acuerdo a estudio realizados en la campaña pasada, dijo.
Clarín