16/05/2022 – En A Todo Trigo, dos expertos compartieron información de manejo para tener lotes limpios y cultivos sanos sin caer en círculos viciosos.

https://www.nitrap.com.ar/

En el marco del 11° congreso A Todo Trigo realizado durante los días 12 y 13 de mayo en Mar del Plata, especialistas  recomendaron herramientas y acciones para combatir con eficiencia las plagas y enfermedades en cereales de invierno.

A la hora de hacerle frente a hongos, virus y bacterias, “hay que empezar fuerte y empezar bien”, advirtió la Ing. Agr. Lucrecia Couretot, especialista en fitopatología de INTA Pergamino, y eso incluye analizar, antes de la siembra, el poder germinativo, el vigor y la sanidad de las semillas para conocer qué patógeno hay en ellas. “A simple vista nunca nos vamos a dar cuenta de la calidad de semilla que tenemos. Cuando hacemos poder germinativo y vigor nunca vamos a saber si nuestra semilla tiene una alta carga fúngica”, explicó la ingeniera.

Ing. Agr. Lucrecia Couretot en A todo trigo 2022.

Otro punto esencial para evitar infecciones en el cultivo de trigo es conocer el perfil sanitario de las variedades respecto de manchas, royas y virosis. “Con esta información antes de la siembra, podemos empezar muy bien”, aseguró la fitopatóloga.

“Hay que arrancar con un lote lo más limpio de enfermedades posible. Hoy tenemos muchos tratamientos de semilla con muy buenas calidades de formulación, hay mucha complementariedad de activos para mezclas que permiten el control de patógenos de semilla, de suelo y con sistemia para cubrir las primeras hojas hasta 70 días después de la emergencia”, dijo Couretot, resaltando la necesidad de hacer una aplicación de buena calidad para que no disminuya la eficiencia.

Asimismo, la fitopatóloga recomendó la utilización de tests que permiten determinar el nivel de enfermedad del cultivo, algo importante en el caso de carbón y Parastagonospora nodorum.

Dentro de las enfermedades más relevantes del trigo, señaló a las manchas foliares que afectan el rendimiento y la calidad industrial. Para evitarlas, recomendó hacer diagnósticos precisos a fin de determinar de qué tipo de mancha se trata; hacer monitoreos frecuentes y proteger el área foliar activa mediante aplicaciones de calidad con uso de coadyuvantes. En ese sentido, instó a usar los activos específicos: “No todos los fungicidas controlan todas las enfermedades”, subrayó.

“Las manchas se controlan temprano, hay que recordar que el problema está en nuestro lote, en la carga fúngica de la semilla, en el rastrojo y en los “puentes marrones” (antecesores)”, enumeró Couretot. Al tiempo que advirtió que estos patógenos se dispersan a muy cortas distancias por lo cual, se controlan con mayor eficiencia antes de la siembra.

En cuanto a royas, indicó que la amarilla sigue siendo “la estrella”. Para controlar este grupo de patógenos, consideró “importante tener en cuenta los informes regionales; el comportamiento varietal y la cercanía de lotes de triticales y centeno; hacer un control temprano para bajar el inóculo y luego, en hoja bandera, para proteger las hojas que más aportan al rendimiento”.

Para combatir los carbones, aconsejó tener en cuenta los antecesores de las últimas dos a tres campañas, tanto para trigo como para cebada y cultivos de cobertura que actúan como “puentes marrones”. “Es importante ver qué cercanía vamos a tener con los cultivos de cobertura y de servicios que son hospedantes de patógenos que afectan a los cultivos extensivos”, remarcó la ingeniera.

Según Couretot, dentro de los desafíos que tiene el productor en materia de manejo de enfermedades hay una checklist a completar: hacer detección temprana, conocer la dinámica de las enfermedades, estar alerta por la aparición de nuevas razas de patógenos, conocer los perfiles sanitarios de las variedades comerciales y también de los cultivos de cobertura, hacer análisis de semilla, usar sistemas de alerta y pronóstico, usar los fungicidas adecuados en las dosis precisas en aplicaciones de calidadmonitorear frecuentemente, hacer diagnósticos precisos y pensar siempre como sistema.

Malezas

A su turno, el Ing. Agr. Víctor Fabián Juan de la UNICEN, abordó el problema de las malezas en los cultivos de trigo y llamó la atención sobre el manejo “poco racional que se estuvo haciendo durante muchos años”.

No podemos seguir sembrando malezas cuando cosechamos”, indicó el ingeniero, alertando sobre la gran dispersión de semillas de especies competidoras que se producen en el momento de la trilla. “Nos preocupamos por controlar 200 plantas por m2 y estamos desparramando con la cosechadora miles y miles de propágulos que son futuras infestaciones. Es como un círculo en el que aportamos más de lo que controlamos”, dijo.

Ing. Víctor Fabián Juan en A Todo Trigo 2022.

Ing. Víctor Fabián Juan en A Todo Trigo 2022.

Al momento de elegir cultivares, recomendó elegir los que tienen un mejor comportamiento para competir, ya sea por tener mayor eficiencia en el uso del nitrógeno y del agua o mayor intercepción de la radiación, atributos que le otorgan a la planta del cultivo mejores armas para enfrentar a las malezas. Además, reiteró la importancia de la rotación de cultivos.

Otro de los errores que señaló el ingeniero fue el manejo poco diversificado de herbicidas, ejemplificando con el caso de las sulfonilureas. “Resultaban muy baratas en barbecho para dejar residualidad y en los cultivos para el control temprano de las malezas que se escapaban, y su uso repetido condujo a una presión de selección que terminó generando resistencia”, recordó. “Hoy la principal problemática son las malezas resistentes que no podemos controlar”, sostuvo Juan.

Refiriéndose al raigrás, señaló que se registra una marcada tendencia a la germinación otoñal, por lo tanto, el uso de la fecha de siembra podría usarse como una estrategia para el control de malezas: “Atrasando la fecha se puede, al menos, controlar las primeras camadas de la maleza y no tener que entrar adentro del cultivo con toda la artillería”, expresó.

Para el control de esta especie aconsejó arrancar con el cultivo limpio y “poner el lote en blanco previo a la siembra”. Dentro de las opciones de manejo, mencionó el uso de graminicidas de 20 a 30 días antes de la siembra en trigo y 40 días antes en cebada, así como el uso de herbicidas residuales en presiembra.

Para el raigrás en estado de macollaje avanzado, sugirió recurrir a la técnica de doble golpe que consiste en pasar en primer lugar el graminicida solo o en mezcla con glifosato y en una segunda instancia, a los siete o diez días, aplicar paraquat como quemador. Por otra parte, para escapes de postemergencia, llamó a usar herbicidas selectivos y no dejar que se pase el estado fenológico de la maleza.

Respecto del nabo, otra maleza que causa serios perjuicios en el cultivo de trigo, consideró que lo más importante es tener en cuenta el ciclo de la planta que presenta dos picos bien marcados de emergencia, uno en otoño y otro en septiembre, para hacer un buen control. Al igual que con raigrás, recomendó comenzar con un lote limpio usando glifosato, 2,4D y un quemador en golpe simple con algún producto lento o bien, en doble con paraquat. Y aconsejó no hacer un uso reiterado de fluorocloridona para dejar residualidad, sino alternar los principios activos y usar mezclas.

“Tenemos que revisar cómo hacemos los controles y cuando aplicamos productos fitosanitarios, empezar a medir el impacto ambiental para ver si estamos las cosas bien o mal”, dijo Juan. “Muchas veces estamos en un círculo vicioso, en una compulsión a la repetición, es como no asumir un hecho que ocurre y repetir siempre lo mismo”, describió haciendo un paralelismo con el psicoanálisis.

¿Cómo se sale de ese círculo?, se preguntó: “Empezando a pensar de otra forma, en un manejo integrado, haciendo monitoreo y registro, con una correcta elección del lote y el cultivar, adquiriendo conocimiento y recordando para no repetir”, concluyó el ingeniero.

Kitty Vaquero
Clarín Rural