20/09/2021 – Ya sonó la campana de largada de la campaña de granos gruesos 2021/22 en la región pampeana con perspectivas de buenos precios, pero también con muchas amenazas e incertidumbres.

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Las cotizaciones a cosecha muestran un panorama favorable al ser las mayores de los últimos años a esta fecha. No obstante, habrá que seguir los mercados y ver cómo termina la producción de maíz y soja en Estados Unidos y también en China, que podría demorar algunas compras del cereal si la cosecha doméstica alcanza niveles satisfactorios, indica un reporte de la consultora AZ Group.

También habrá que seguir la orientación de las políticas macro de los países desarrollados, que ayudaron hasta acá en el aumento de precios de los granos. Buena parte de las subas del maíz y de la soja se dio por los fundamentos propios del mercado, pero también contribuyeron la política monetaria de la FED, la elevada emisión y la evolución de la tasa de interés. Ni hablar de la necesidad imperiosa de estar atentos al contexto económico y político interno, precisa la consultora.

El tema ha sido considerado por la firma, que avizora las tendencias que se enumeran a continuación.

Amenazas climáticas y políticas

Una de las amenazas más preocupantes que enfrentan los agricultores es la posibilidad de desarrollo de un segundo evento La Niña en Sudamérica, que puede tirar hacia abajo los rindes por obtener con los granos gruesos.

Además, este fenómeno contribuiría al mantenimiento de la bajante del rio Paraná en los próximos meses, lo que seguramente reducirá el flujo comercial en los puertos. Históricamente, más del 50% del trigo producido en la Argentina se comercializaba por los puertos de Rosario y ese proceso puede complicarse sustancialmente en 2021 y convertirse en un cuello de botella en la logística de recepción de la mercadería, embarques, etc. En una situación extrema podría comprometer la movilización de los granos gruesos en el otoño de 2022, alerta el reporte de la consultora.

Por otro lado, los productores enfrentan amenazas políticas en su negocio. Luego de las elecciones generales habrá que alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, lo que seguramente va a implicar un paquete económico de ajuste fiscal, con posibilidad de que se aumenten los derechos de exportación para equilibrar las cuentas del Estado. Además, el Gobierno también puede radicalizarse y controlar más los mercados, con cupos para la exportación de cereales, carne, etc.

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El favorito: maíz

Los precios nominales que se pueden capturar para la cosecha en el otoño de 2022 determinan que los resultados proyectados sean positivos para todos los cultivos, aunque con mayor inversión y riesgo por el fuerte aumento de los costos de implantación y protección.

Los cálculos de margen bruto en varias zonas pampeanas muestran al maíz como favorito de la campaña, seguido por la secuencia trigo/soja. El cereal promete la mayor renta con rindes corrientes y aumentará su participación en la rotación, sobre todo de cultivos tardíos y de segunda, para eludir la posibilidad de un diciembre y enero secos por efecto de La Niña.

Costos e ingresos proyectados para cultivos de grano grueso en el oeste de Buenos Aires
Costos e ingresos proyectados para cultivos de grano grueso en el oeste de Buenos Aires

Según el reporte, quienes se animen al maíz temprano para aprovechar la humedad que dejaron las lluvias recientes podrían captar una posición comercial firme en abril, con premio climático, que se puede diluir si van ocurriendo nuevas precipitaciones que permitan el avance del ciclo productivo.

Como contrapartida, el cereal es el cultivo con mayor costo de implantación y corre el riesgo local de sufrir restricciones a la exportación y aumento de derechos de exportación si se devaluara el peso, indica la consultora.

Otra combinación que tendrá un lugar protagónico en la campaña será la secuencia trigo/soja, apoyada principalmente por los altos precios del cereal. En las regiones favorables para el cultivo, por ejemplo el sur bonaerense, el girasol puede ocupar parte del espacio asignado a la soja de primera en años anteriores.

La soja temprana promete los márgenes menos atractivos, sin expectativas de aumento de área sembrada. El productor la considera reserva de valor, una moneda de cambio y la va vendiendo contra necesidades, independientemente de los precios, que son muy buenos, indica el informe.

Estrategias defensivas

Más allá de los resultados individuales de cada cultivo, en el contexto descripto habría que aprovechar los valores que se pueden asegurar y avanzar con coberturas. Cotizaciones superiores a 185U$S/t para maíz temprano y mayores de 310U$S/t para soja de primera permiten capturar una rentabilidad satisfactoria y compensar en gran medida el aumento de costos ocurrido.

En el caso de volcarse al maíz tardío o de segunda, la recomendación de cobertura cobra particular relevancia si se tiene en cuenta que puede haber aumentos de área sembrada en Estados Unidos, Brasil y la Argentina, que pueden deteriorar la posición julio de 2022. Sería conveniente aprovechar los precios que hoy ofrece el Mercado a Término (175U$S/t) para ir cubriendo el negocio, señala la consultora.

También es aconsejable preservar la variable costos. ¿Qué significa esto? Por ejemplo, analizar si conviene mantener la financiación de insumos a cosecha al 30 o 40% anual en pesos. El ritmo de devaluación hasta fin de año es muy inferior a la tasa de interés por pagar, que se puede convertir, así, en positiva.

Lo que no hay que hacer en la campaña 2021/22

  • Dejar de usar o reducir el uso de algunos insumos que tuvieron fuertes aumentos de precios, como los fertilizantes. El costo del kilo de grano producido disminuye con el aumento de rendimientos.
  • No hay dos campañas agrícolas iguales. Por lo tanto, no se debería pensar este ciclo con la misma estrategia que se utilizó en la campaña pasada. Son distintas porque los precios de inicio de la campaña son diferentes, lo mismo que las perspectivas de la cosecha mundial.
  • No habría que dejar de lado los precios relativos, sino que habría que utilizarlos como instrumento de toma de decisiones. La aplicación más frecuente de este principio es el aprovechamiento de las relaciones de precios entre insumos y productos, pero también se aplica entre cultivos comparando la situación individual de cada uno.

La Nación