11/02/2022 – Entre factores políticos y económicos, la compra-venta de campos cayó 31 por ciento en 2021. Los alquileres se mantienen dinámicos y con alzas.
Según el último informe de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), en la Zona Núcleo Argentina los campos tienen un valor aproximado de entre 13.500 y 15.000 dólares la hectárea, mientras que en el Cinturón Maicero de Estados Unidos (Iowa, Illinois, Indiana), con la misma calidad de tierra, potencial y recursos hídricos, el valor se ubica en un promedio de 27.000 dólares por hectárea, incluso superando los 30.000, lo que representa una brecha del 100 por ciento.
¿Cuáles son los factores que explican este retraso en el valor de los campos argentinos? El informe de CAIR brinda algunas pistas al explicar que en los últimos años las operaciones de compra-venta de campos en la Argentina fueron muy pocas. Concretamente durante 2021 la actividad cayó un 31 por ciento respecto de 2020. “El clima pre-electoral agudizó la incertidumbre política y económica en el corto y mediano plazo, llevando la actividad a un mínimo histórico desde que se computa el InCAIR”, destacan.
El InCAIR es un índice que analiza la actividad del mercado a partir de distintas variables. Según la Cámara, “la elevada carga impositiva, incluido el incremento de retenciones a las exportaciones, las restricciones a la comercialización de carne, la inseguridad jurídica ante la toma de tierras, entre otras cuestiones, actuaron como ralentizador en la decisión de compra para una demanda muy selectiva y cautelosa, enfocada principalmente en campos agrícolas”.
La complejidad para operar en dólares, cepo mediante, resultó un obstáculo difícil de superar para la concreción de las operaciones, dependiendo más que nunca de la buena voluntad de las partes para lograrlo, agrega el informe.
La oferta de campos fue sostenida, con decisión firme aunque escasa necesidad de venta por parte de los propietarios. “Las determinaciones de venta se dan mayormente por cuestiones familiares (subdivisiones, herencia, particiones, etc.), repatriación de capitales para aquellos extranjeros que se retiran del país, y en menor medida, de propietarios locales que definen llevar su capital al exterior y trasladar sus inversiones productivas de la región y, en casos excepcionales, con el fin de liquidar su activo”, explican desde CAIR.
Luego añaden que tras una importante baja desde fines de 2019, los valores de la tierra encontraron un piso de estabilidad, particularmente en la zona pampeana, con leve recuperación, en algún caso puntual, sobre campos netamente agrícolas de mayor potencial.
Las zonas agrícolas extra-pampeanas y aquellas más marginales, además de sufrir bajas en sus valores, tuvieron poca o nula demanda, particularmente en campos a desarrollar. Las áreas ganaderas, por su parte han logrado mantener los valores del primer semestre. El valor de los productos (carne, granos, etc.) mejoró la ecuación productiva, actuando como el principal factor que detuvo la caída.
Los alquileres, activos
En contraposición a la compra-venta, el mercado de alquileres se mantuvo muy dinámico en los últimos años, avalando incluso subas en los valores acordados en kilos de producto. Este es otro factor que explica la distancia con estados Unidos, donde la modalidad de arrendamiento no es tan comun como en Argentina.
“Para el caso de los alquileres agrícolas, los cierres de operaciones fueron muy rápidos, incluso en valores del orden de un 10% a 15% en producto por encima de la campaña anterior, con una demanda que quedó insatisfecha”, detalla el informe, y agrega: “Los alquileres por campos ganaderos, especialmente en la zona centro del país, se concretaron de manera inmediata, también con incrementos de hasta un 10% en producto, llegando a valores que, en algunos casos, quedaban por encima de los resultados de la actividad. Los campos de zonas marginales fueron más difíciles de ubicar”.
Clarín