Son los precios más altos en 30 años. La faena sigue cayendo y es difícil encontrar una categoría cuya oferta vaya a crecer en los próximos meses.

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Pese a la fuerte caída de los ingresos reales de la población, a la limitación de las exportaciones y a la caída de los valores FOB, tanto de la Cuota Hilton como de los envíos a China, los precios reales de la hacienda –desde el ternero de invernada hasta el novillo gordo– son los más altos en 30 años.

Mientras se siga destrozando la moneda y los invernadores estén dispuestos a pagar altos valores por los terneros, valores que a su vez el feedlot no puede convalidar, la oferta de ganado de los corrales seguirá baja y la disponibilidad de carne para consumo seguirá siendo insuficiente.

La faena de vacas ha caído, para ubicarse en los niveles de equilibrio, y la oferta de novillos Hilton también se ha reducido, después de que Senasa deslistara a miles de establecimientos.

En definitiva, es difícil encontrar una categoría de hacienda cuya oferta vaya a crecer en los próximos meses.

Esto ocurre mientras el mercado internacional, después de varios meses excepcionales que Argentina solo pudo aprovechar muy parcialmente, se está tomando un respiro.

En Europa, el avance de la variante Ómicron de Covid-19 reactivó las restricciones en los países que importan cortes enfriados desde Argentina. Mientras que los precios pagados por China bajaron por tres motivos: por los rebrotes de coronavirus, por el reingreso de la carne brasileña y porque la carne que se embarca en Sudamérica hoy llega a puertos de Asia pasado el año nuevo lunar chino, que significa un pico de demanda extraordinario.

Costos

De acuerdo al “Indice de Costos del Ternero”, que elabora la Sociedad Rural de Punta Indio (cría, 300 vacas, campo alquilado), el resultado de la explotación a diciembre último, computada la suba de precios de la hacienda de noviembre, era en términos reales un 166% más alto que igual mes del año pasado.

La rentabilidad sobre el capital invertido en los últimos 12 meses pasa así del 4,8% al 14,8%. El promedio por las ventas de terneros (machos y hembras) resulta en diciembre un 22% más alto en términos reales que un año atrás, mientras que la venta de vacas de descarte cae 1,2%.

Los costos totales de la explotación, que incluyen el alquiler del campo (55 kilos de novillo por hectárea), crecen sólo un 1% en términos reales. Es decir, que han acompañado prácticamente a la inflación en el último año. Se observa un importante aumento del alquiler (19,6%), de la sanidad (7%) y del mantenimiento (12%), mientras que los salarios están atrasados en un 11%.

Si se compara la situación actual de la cría con diciembre del 2019, se observa una sensible mejora en la rentabilidad sobre el capital invertido, que pasa del 1,9% al 14,8%. En términos reales, el resultado de la explotación se incrementa en los últimos dos años de 482.000 pesos a 4,3 millones de pesos.

Por último, debe observarse que el costo por kilo producido, que era de 170 pesos en diciembre del 2019, pasa a 215 pesos por kilo en la actualidad, lo que significa una suba del 24% en términos reales.

Es decir que suben los ingresos de la cría bien por arriba de la inflación, pero también suben los costos, muchos de los cuales se comportan de modo “oportunista”: se incrementan cuando advierten un repunte de la hacienda.

Clarín Rural