En Jesús María, la principal categoría para consumo interno marcó 184 pesos por kilo el último lunes. Los terneros, en tanto, también aumentaron y superaron la barrera de los 250 pesos.

El objetivo del Gobierno nacional de calmar la inflación de los alimentos, con la carne vacuna como uno de los productos emblemáticos, por ahora no encuentra un camino para conseguirse.

Lejos de eso, uno de los principales factores que incide en el valor del asado, que es la hacienda, mantiene un ritmo ascendente incesante.

En la Sociedad Rural de Jesús María (SRJM), el remate de Consignaciones Córdoba del último lunes marcó un valor por kilo de vivo, para la categoría de novillitos, de 184 pesos. Esto significa una suba del cuatro por ciento en una semana (177 pesos el 22 de febrero) y casi 10% en lo que va de 2021 (168 pesos el 4 de enero).

Lo que se advierte es que, tras el pico de 174 pesos a mediados de diciembre, antes de las fiestas de fin de año, la cotización se estabilizó por debajo de los 170 pesos en enero y comenzó a repuntar en febrero último. Y si la evaluación se extiende a tres meses atrás, la suba alcanza el 25 por ciento desde los 147 pesos del 30 de noviembre de 2020.

Los terneros, en tanto, en la previa de la zafra que comienza este mes han mantenido una tendencia más variable, con constantes subas y bajas. La foto del último lunes, de todos modos, muestra un precio máximo de 254 pesos, un seis por ciento más que los 240 pesos que fueron el máximo del año hace tres semanas.

Agrovoz