17/11/2021 – La oruga bolillera enciende la alerta entre los productores que se preparan para hacerle frente a las plagas que atacan a la oleaginosa. Aapresid convocó a expertos para que compartan algunas claves para prevenir y ajustar manejos.
En la primera edición de noviembre de “Agenda Aapresid”, la cita semanal virtual que organiza la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), diversos especialistas se reunieron para hablar sobre potenciales amenazas insectiles en soja y dieron recomendaciones puntuales para prevenir y ajustar su manejo en la próxima campaña.
¿Qué insectos se esperan para la soja 2021/22?
Eugenia Niccia, gerente de la Red de Manejo de Plagas (REM) de Aapresid, comentó que desde el año pasado el programa sumó los mapas de insectos a su sistema de alerta y seguimiento de malezas y enfermedades, basados en encuestas a referentes a lo largo de toda el área productiva del país. En la campaña 19/20, lepidópteros, chinches, trips y arañuelas fueron detectados en casi la totalidad de la superficie sembrada, destacándose entre los primeros la oruga bolillera (Helicoverpa sp.).
Según Fernando Flores del Inta Marcos Juárez, la bolillera se presentó de manera intensa dada la baja humedad relativa y el buen desarrollo del aparato foliar del cultivo, generando graves daños a nivel de vaina. Actualmente, ya se la registró en numerosas trampas de luz y en algunos lotes con vicia, por lo que se espera un panorama de infestación similar al año anterior, coincidieron ambos especialistas.
No obstante, aconsejan seguir de cerca a los lepidópteros en general, ya que el ambiente puede ser muy predisponente para la aparición de otras especies e incluso para otras plagas como arañuela y trips, que se ven muy favorecidos con escenarios de escasez de agua.
Me anticipo, luego planifico
“Las capturas de adultos (polillas) en la trampas de luz son un buen parámetro para predecir la posterior aparición a campo de oruga bolillera y medidora”, aseguró el experto de Inta, quien participa de un sistema de alarmas de plagas que emite informes desde el año 99. Además, explicó que las alertas permiten gestionar de mejor manera la aplicación de insecticidas. Destacó la importancia de evitar controles preventivos, que de darse con dosis inferiores a las efectivas o fallas de aplicación, pueden traccionar a favor de la aparición de resistencias.
Por su parte, Mariano Luna, especialista en aplicación de productos fitosanitarios (Rizobacter), hizo énfasis en la importancia de los monitoreos frecuentes desde barbecho. Si el lote viene de un cultivo de servicios como vicia, Flores recomendó “controlar las bolilleras medianas que puedan llegar a sobrevivir al secado”, y dejar pasar un tiempo prudencial antes de la siembra del cultivo posterior, para evitar daños en la implantación.
Durante la emergencia del cultivo se deberá evaluar bolillera revisando minuciosamente brotes. Más adelante, sobre plantas más desarrolladas, monitorear lepidópteros y chinches con paño vertical. La periodicidad de los monitoreos irá al paso que vayan marcando las alertas, pero en principio el experto aconseja ir al menos una vez por semana a los lotes. Para arañuela y trips, la observación a campo es obligada, “si suben más allá del tercio inferior de la planta, se deben planificar acciones de control”, indicó Luna.
Finalmente, el uso de la tecnología Bt en soja se posiciona como un estrategia genética a considerar frente a los lepidópteros. Datos de la REM indican que del área total con soja Bt a nivel país durante 2020, sólo el 3,6% requirió control químico, lo que pone en relevancia la importancia de esta tecnología para el manejo integrado de plagas.
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