23/07/2021 – La soja ya no está a la altura del maíz: “el nivel de rindes quedó estancado en los últimos 8 a 10 años”, señalan los ingenieros. La caída en área sería de un 5% respecto al 2020, pero puede ser mayor: en numerosas zonas de la región.

¿Se viene la menor siembra de soja de los últimos 20 años?

De acuerdo al último informe de la Guía Estratégica para el Agro, «es muy probable que sí: revisando los datos de los últimos 18 años, el hectareaje de la soja 2021/22 sería el más bajo de la serie y por lejos. El ciclo pasado perforó la barrera de los 5 M ha con 4,82 M.» En la 2021/22 se estima que se sembrarían 4,57 M de ha, un 5% menos. Pero las hectáreas sembradas podrían aún ser menos y terminar por agujerear la marca de los 4,5 M ha: en gran parte de la región núcleo ya se señala un 10% menos de área respecto al ciclo previo.

¿Por qué se desmorona la soja?

La soja ya no está a la altura del maíz. Pierde en márgenes brutos y su performance pierde en dos situaciones claves: en condiciones ambientales adversas, los rindes son menos estables, y en condiciones buenas, los rindes se han estancado frente al maíz. En las encuestas de esta semana, al preguntar por qué el productor ha dejado de elegir a la reina, responden: peores márgenes, peores resultados en campañas anteriores, menores avances genéticos y mayor presión impositiva. La reina ha perdido su trono. En General Pinto, los ingenieros lo explican muy claro: “el año anterior pesa, el maíz anduvo mejor en términos de rindes y también en precio. Por la falta de agua hubo sojas de 600 kg/ha, pero el maíz dejó 6.000 kg. El que hizo soja perdió plata; el que hizo maíz, no”. También señalan que “la soja está estancada en el nivel de rindes desde los últimos 8 a 10 años”. “Desde hace varias campañas se observa un estancamiento que se atribuye al uso de variedades consideradas viejas”,  explican en San Antonio de Areco. El mal comportamiento de la soja frente al maíz es señalado por todos  los técnicos de la región.

Con el 70% del trigo excelente a muy bueno, el frío acompaña el macollaje y sin dejar daños

El calor y la falta de agua, dos enemigos acérrimos del trigo, parecen estar fuera de juego este invierno y algunos ingenieros dicen que este invierno se parece al del 2019, año que el trigo estuvo casi en los 40 qq/ha en la región. Por lo pronto, el frio viene parejo y parece ya haber rustificado al cultivo. Y sin falta de agua, este año no se ven los daños que dejaban las heladas en el 2020. Tras las lluvias, el 70% del trigo está en condiciones muy buenas a excelentes y el resto bueno.  El 75% del trigo de la región se encuentra macollando y muchos aprovecharon la humedad disponible para completar las fertilizaciones con nitrógeno. En Carlos Pellegrini se aplicaron las que habían quedado pendiente en la siembra. En Bigand se hicieron «retoques» con nitrógeno en el 25% de la superficie de trigo. En San Antonio de Areco y Marcos Juárez también se reforzó la nutrición. El trigo sigue fortaleciéndose y bien encaminado rumbo a los 7 Mt en la región.

Invierno 2020 vs 2021: ahora, la circulación noreste aporta humedad y  aumenta la probabilidad de lluvias

Charlando con el Dr. Aiello de las lluvias que podemos espera en este invierno 2021, explica lo importante que es contar con la circulación noreste, la gran ausente en el invierno 2020. “El último sábado (17/7), el ingreso  de aire muy frío desde el sur hacia la región central provocó un fuerte descenso térmico y heladas generalizadas. La del lunes 19 fue la más intensa. Todas las provincias de la región pampeana quedaron uno o varios grados por debajo del cero”.

“Pero el invierno 2021 cuenta con un factor moderador: la alternancia entre la circulación del sudoeste y del noresteEste cambio de dirección interrumpe el ingreso de aire frío y seco hacia la región central y facilita la circulación de aire más cálido y con mayor contenido de humedad. Esto es muy importante porque aumenta la probabilidad de lluvias. Por eso el escenario actual es muy distinto al del año pasado. En el 2020 la circulación predominante era netamente del sur. Sumada a la influencia negativa del evento “La Niña”, provocaba un clima frío más estable. En cambio ahora los pulsos fríos son de corta duración. Esto permite el desarrollo de lluvias moderadas, pero cercanas a las normales y está sosteniendo una adecuada disponibilidad de humedad para los cultivos de invierno”, afirma Aiello.

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